jueves, 12 de abril de 2007

Profundidad.

Toco con las puntas de mis pies el núcleo del universo... siento que mis pulmones se llenan de agua, abro los ojos con desesperación para descubrir que todo a mi alrededor... es simplemente oscuridad.

Frío, silencio, inmovilidad absoluta... poco a poco la calma reemplaza el dolor, y decido explorar aún más en los límites. Me vuelvo agua, me fundo con todo, y he ahí la anhelada profundidad, los océanos en pleno, el calor del sol en su útero, la brisa suave que acaricia los campos, rasante, imposible de atrapar.

Y vuelo sin alas, sólo en espíritu, para encontrarme con todos mis muertos, para saborear abrazos incorpóreos y presencias inmateriales... pruebo el sabor del cielo y a bocanadas los vapores del infierno, descubro las fantasías, el paraíso y la fruta prohibida...

... y sello eso en un corazón de carne, que bombea sangre a mis venas sin parar...

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