lunes, 23 de abril de 2007

Maria Callas.

Sumergió las manos en la sangre aún tibia que empapaba el piso y luego se levantó, con las palmas rojas y espesas, manos que parecían latir por sí mismas. Fue hasta la muralla y comenzó a trazar palabra tras palabra, poesía post mortem hecha de venas y furia. Palabras inquietas que sí, lo sabía de antes, terminarían saliendo por alguna parte. Poco a poco, las paredes adversas fueron cayendo enamoradas de su infinito discurso dolido y fracturado.

De la nada, la radio se enciende y Madame Butterfly comienza a sonar. Arrullo para un par de ojos abiertos hacia el cielo negro recortado de estrellas, vidriosos y cada vez más fríos. Pero la sangre fresca lucha por no coagularse, y continúa siendo tinta de poesía, primero escrita con el martillo, luego, con dedos frágiles de mujer.

Y aquí te encontré, como la primera vez, y un estado febril se apoderó de mí.
Tu sangre comenzó a volar como rosas en los vientos de julio,
Tus dientes fueron aves libres que escaparon por la ventana.
Y he aquí que tu alma quedó para siempre apresada entre estas murallas.
Como la mía.

Sigue, sigue cantando, Maria Callas. Sigue que lo tuyo es el marco perfecto para volver delicada cualquier realidad por más grotesca que parezca.

Y en efecto, las manos tiesas y la cara desfigurada parecían campos inexplorados dispuestos a ser depositarios de besos y suspiros. Así como antes lo fueron de gritos desesperados, de agonía, de asfixia bajo el pecho opresor del violador.

Y aquí soy yo quien por fin violo todo lo tuyo...
y el martillo es mi cálido acompañante en esta sinfonía.

La luz del amanecer golpeó las paredes e iluminó palabras eternas imposibles de descifrar.

Reveló un martillo cubierto de sangre y una mujer acurrucada de cansancio en un rincón.

Reveló también unas cuantas lágrimas en los ojos aterrados del agresor, su rostro hecho una masa irreconocible.

Y las lágrimas estaban frías y tiesas, como él.















·mp3: Maria Callas - Madama Butterfly / Un Bel Di Vedremo

Cho Seung-Hui, o No hay peor ciego que quien no quiere ver.



No deja de provocarme estupor el diagnóstico que la flamante sociedad americana ha hecho sobre el joven Cho Seung-Hui, autor de la masacre en la universidad de Virginia. El hecho de satanizar a Cho me parece más un error de magnitudes tales como culpar al síntoma -así como Matrix de la matanza de Columbine, o a Marilyn Manson de la rebeldía de muchos adolescentes- en vez de focalizarse en la enfermedad, el perverso "sueño americano" que tan bien aparece retratado en toda su enfermedad en American Beauty. Me explico. Se sabe que entre mayor presión es generada en el entorno, más tienden los seres humanos a verse frustrados al no poder alcanzar las metas socialmente impuestas, que ¡rayos! no necesariamente son las de todo el mundo. La sociedad americana prefiere desviar la vista de su carrera armamentista y de lo increíblemente fácil que resulta en aquél país el obtener un arma (está respaldado en su constitución que, si bien es cierto en tiempos en que fue redactada podía servir, en tiempos actuales parece más una burrada de características típicamente estúpidoamericanas).

La indiferencia, e incluso repudio con que es tratada la imagen de Cho Seung-Hui me parece que raya en -nuevamente- la estupidez más aberrante. No es posible culpar a una persona de la alienación sufrida constantemente durante toda una vida por culpa de una sociedad completa, a mis ojos, Cho no aparece más como una víctima, como él mismo cita: "Oh, la felicidad que pude haber tenido mezclándome entre ustedes, hedonistas... toda la mierda que me han dado se las devuelvo como disparos. ¿Acaso no desean haber acabado con mi vida cuando tuvieron la oportunidad?". En qué punto un posiblemente brillante autor de novelas enfermas, talvez un autor al estilo Takashi Miike se convierte en un asesino satanizado por toda Norteamérica, en vez de ser escuchado y de ser permitido desarrollar su talento no considerándolo un paria, sino un SER HUMANO????????

Cho, al ser evaluado psiquiátricamente, fue diagnosticado como peligroso para si mismo y las personas que lo rodeaban. Parece lógico que nadie haya hecho nada al respecto al conocer este juicio? dónde estaba la perfecta sociedad gringa al conocer esto? simplemente alienándolo más, y vendiéndole fácilmente armas sin preocuparles estos antecedentes.

La sociedad americana se me muestra como una masa monstruosa experta en desviar la mirada de la enfermedad, es más, glorificándola y convirtiéndola en un estandarte de GUERRA, con todas sus letras, culpando constantemente a síntomas presentados igual que en un circo de aberraciones. Hasta cuándo será posible obviar de esa manera el problema? Hasta cuándo el enfermo es quien no encaja en una sociedad que no persigue los mismos fines con igualdad para todos (porque es lo lógico, porque es lo que salta a la vista, y porque lo MÁS obvio de todo es que no todos somos iguales -afortunadamente- y no todos tenemos las mismas prioridades, ya que la naturaleza no produce reproducciones en serie de estúpidos que se dejan engañar pensando en que el éxito en la vida se obtiene aplastando a otros y acumulando dinero). Para mí, Cho no es más que una víctima más de una sociedad de estupidez aterradora, que bien pudo ser un creador que estremeciera al público y a todos los desterrados, marginados de sociedades convencionales que no llenan nuestras expectativas, si hubiera sido escuchado, o tratado como la persona que era.

En fin, no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Saludos, Cho, por crear en palabras horrores que ciertas sociedades estúpidas se empeñan en esconder.

jueves, 19 de abril de 2007

A través de su voz...

Ciertas cosas que traspasan el alma, a través de los poros, y se quedan incrustadas para siempre.

A través de tu voz viajo por eones y eras, traspaso el tiempo como una pluma, sin sentir dolor.

Abrazo tu voz y la dejo irse hacia las estrellas.




martes, 17 de abril de 2007

Hada Verde.

El hada verde me penetra... lubricada de sangre, y entra por mis venas. Necesito de su aliento, anís y ajenjo, perfume y veneno en un mismo licor. El hada verde me sigue... me empuja a crear fantasías de aire, a pedir tabaco para podrir mis dientes, a soñar con una línea para deslizarme por ella como un tobogán. El hada verde.

Pronto me provoca balanceos de sueño... me imagino llevando a un hombre encadenado, con el cuerpo pintado, su rostro cubierto por una máscara de cuero, coronándolo de sangre rodeado de velas, y oh... haciéndome el amor en medio de ellas. Siento su cabello largo rozar mi rostro en hebras y hebras, interminables y adictivas, siento sus labios gruesos sobre los míos, su lengua buscando mi corazón por mi tráquea para agarrarlo y romperlo. No abro los ojos...

Oh por dios, otra vez buscando el vacío, tanteando con las manos a ver si encuentro el abismo, soy la perfecta víctima de la inexplicable maldición del ser... de sentir tristeza sin saber por qué. Tengo atrabilis en vez de sangre, espinas en vez de huesos, qué clase de enfermo muñequito, de triste maniquí...

Vienes tú y me tomas de las manos, me muestras tus ojos eternamente confiables, me estrangulas en tu pecho, caigo muerta a tus pies.

Me doy de cabezazos contra la pared.

Me araño las muñecas y veo mis viejas cicatrices, coronadas de dolor y pena. Mis alas... fracturadas, constantemente en rehabilitación...

Y encuentro mi destino, y me quedo abrazada a la esperanza. Qué diablos, voy a volver a morir.

Y más allá de las nubes y las estrellas, me esperará un caos de luces y sombras, de océanos carmesí y dulces tonos rosados. Y las imágenes oníricas serán mi reino, Azathoth del mar de sangre, atrabílica, desfigurada.

Esta noche.

Necesito tocar la noche con la lengua... que la oscuridad total sea asfixante y austera. Necesito mirar a los ojos al espejo y decirle las verdades que constantemente oculto, que me rascan el paladar exigiendo salir y volar por el aire.

Pintaré las murallas con mi menstruación, con mis lágrimas y mis babas, dejaré mi piel y mis huesos en cada recoveco y no intentaré regresar a buscarlos.

Me meteré las manos por la vagina para sacarme el corazón por ella, darlo a luz de nuevo y analizar si no habrá nacido errado la primera vez.

Para eso ocuparé esta noche, para llegar hasta el borde del abismo y no pensar que únicamente se despierta cuando aparece el día.












· mp3:
Onze h30 - Le Paillase.

lunes, 16 de abril de 2007

Suicide Girl.

Se miró al espejo una vez más porque el verse a sí misma a través de esos bellos ojos le daba seguridad para lo que quería hacer esa noche. Tomó la máquina y la encendió, y lentamente empezó a acariciar su cabeza con ella. Mechones y mechones de cabello de colores cayeron al suelo con la delicadeza de plumas, esa misma delicadeza que ella tenía a flor de piel y que la hacía sentirse más especial que el resto de los inmundos seres humanos que poblaban la tierra.

Quedó calva, relucientemente pelada y blanca como un cisne, y a pesar de ello su belleza extraña no cambió, se conservó intacta como no se conservaría su carne después de la muerte. Tomó las hojas de afeitar y rápidamente cortó la carne verticalmente, para no errar nunca más ni tener que mirar al mundo de nuevo, para quedarse para siempre con la luz de las velas en vez de la luz de la mañana, para ser una leyenda y para trascender en el tiempo como un nombre, una imagen, sobretodo por esos bonitos ojos que se miraban desesperadamente a sí mismos por miedo a no ver más allá. Una piscina celeste, donde las hadas iban a nadar.

Y entonces coronó todo con su presencia roja, carmesí como sus labios aterciopelados que hacían soñar a multitudes insatisfechas que se masturbaban incansablemente con su imagen. Con su belleza, con su cuerpo hecho a mano, con sus fotos gloriosas donde sus fanáticos podían hurgarla sin poder tocarla. El rojo la bañó como un cubrecamas tejido de entrañas, y el sueño impidió que el miedo llegara. Lentamente, como una princesa dormida, un velo negro cayó sobre sus lindos ojos celestes, esos que serían comidos por los gusanos, como a todo el resto de los inmundos seres humanos que poblaban la tierra.

jueves, 12 de abril de 2007

Profundidad.

Toco con las puntas de mis pies el núcleo del universo... siento que mis pulmones se llenan de agua, abro los ojos con desesperación para descubrir que todo a mi alrededor... es simplemente oscuridad.

Frío, silencio, inmovilidad absoluta... poco a poco la calma reemplaza el dolor, y decido explorar aún más en los límites. Me vuelvo agua, me fundo con todo, y he ahí la anhelada profundidad, los océanos en pleno, el calor del sol en su útero, la brisa suave que acaricia los campos, rasante, imposible de atrapar.

Y vuelo sin alas, sólo en espíritu, para encontrarme con todos mis muertos, para saborear abrazos incorpóreos y presencias inmateriales... pruebo el sabor del cielo y a bocanadas los vapores del infierno, descubro las fantasías, el paraíso y la fruta prohibida...

... y sello eso en un corazón de carne, que bombea sangre a mis venas sin parar...

La Superficial.

Talvez preocuparse de lo superficial, y de lo que son los demás, es lo realmente superficial. Cuándo no me di cuenta de que juzgar a la gente es en realidad lo último que pretendo hacer?

En suma, el tema ya no me interesa, menos aún "aquéllas" opiniones con respecto a mí.

Y si no te gusta cómo soy, por qué quieres ser mi "amigo" entonces?

martes, 3 de abril de 2007

Babalon.

Ágil y despiadada... sus caderas como grandes espadas de marfil.

Un sólo chispazo de sus labios... deja ciega a toda una nación.

Pantera desarraigada del mundo real, salvaje, coronada de humo y madera.

Feroces, han de dejar
huellas sus pies en la tierra.

Un sólo acorde de su garganta alcanza el cielo y las estrellas... acaricia las nubes y provoca la envidia del Sol.

Hija de la Luna Llena, de la Niebla, Babalon.

Los grillos cantan delirantes como ninfas... hombres y magos se vuelven sátiros ante tus manos.


Mujer creada de magia antigua, murmullos ocultos bajo las piedras. Oráculo de los muertos, podremos oler tus pies coronados con huesos, ungir tus cabellos salvajes con aceite humano, perfumar tu cuello con besos y mordiscos, amada Babalon...

Mujer hecha de carne y sangre, fabricada con el semen de las estrellas... en tu útero descansa el huevo negro que da a luz al mundo. Cabalga furiosa por las llanuras! un millón de crías espera ansiosa para devorar tu carne.

Oh bella Babalon...